viernes, 8 de enero de 2016

ROCKY KAN-SINGLE-EL MEJOR REMEDIO/CADA INSTANTE 1965

El Mejor Remedio / Cada Instante

CARA A:

A1 El Mejor Remedio

CARA B:

B1 Cada Instante

Mucho habían cambiado las cosas en la música española en el año y medio que José Luis Cano había estado marcando al caqui. Aún pudo conseguir una oportunidad en Zafiro, donde grabó este single a finales de 1965.

Se apunta al pop, pero para un rocker de raza el ye yé se queda ciertamente blando.
La pista principal del disco es un tema que rebosa alegría y poco más.
Lo interpreta con soltura, pero no alcanza su objetivo en un mercado sobrecargado de productos similares,
casi siempre en voces femeninas o conjuntos.

En la B, una canción de la pareja Bacharach-David: “Any old time of day”, a la que voces menos ásperas,
como las de Luis Gardey o José Guardiola, encontraron mejor el punto.

por Julián Molero

José Luis Cano Olivera (Rocky Kan),nació el 9 de septiembre de 1942 en Sevilla.
Al ser su padre inspector de policía, la familia Cano cambiaba frecuentemente de destino,
pasando por Barcelona, Madrid, y, definitivamente, Zaragoza.

De joven, José Luis fue botones en la Sala de fiestas Pigalle, lo que le hizo conocer de primera mano
el mundo del espectáculo con la ida y venida de toda clase de artistas.
Después se hizo camarero en el Club de oficiales de la base militar estadounidense de Zaragoza,
donde pudo escuchar rock and roll en los discos que traían los soldados americanos,
además de aprender inglés y tocar la guitarra de forma autodidacta.

Con 14 años se apuntó a un concurso radiofónico llamado Plataforma de Estrellas;
participaba interpretando temas de Paul Anka, Ray Charles, Adriano Celentano, etc.
Para escoger su nombre artístico pensó en Rocky, por ser un nombre propio y guardar relación
con el nombre de su música favorita, y cambiar la letra c de su apellido por una k más quitarle la o,
quedándose con el sonoro apellido de Kan.

Años después marchó a Barcelona, donde consiguió un contrato con Iberofón, para la que publicó su primer EP en 1961.
Allí convivió con otro rocker aragonés: Chico Valento. Ya retirado de la actividad musical,
Rocky declararía amargo al escritor Javier Losilla cómo su fallo estuvo en elegir Barcelona y no Madrid
como plataforma para su estrellato. Se enrola en espectáculos de variedades,
actuando junto a folclóricas y cómicos con el seudónimo de “El primer rock and rollista”
que le puso un periodista de Barcelona.

Al año siguiente, 1962, publica dos EP más, afianzándose en el mundillo musical con gran éxito; sobre todo, en Zaragoza. En 1963 Rocky Kan realizó el mejor año de su carrera artística tanto musical como profesionalmente
al participar en el IV Festival Hispano-Portugués de la canción que se disputaba en Aranda de Duero
con el tema “Vaya guateque”, el cual no obtuvo ningún premio, y editando cuatro EP en un corto espacio de tiempo,
pero el inexorable servicio militar frenó en seco una progresión que le estaba haciendo más popular por momentos.

Al terminar su periplo en el ejército ya nada era como antes: poca gente recordaba su nombre;
Iberofón no le esperó, por lo que marchó a Zafiro, y su estilo musical no atraía demasiadas atenciones, y
a que el sonido de The Beatles era el que imperaba. Así perdió el interés por seguir grabando discos,
pero no por seguir actuando. Se fue a Madrid y formó un grupo llamado Los Pumas que no alcanzó ninguna repercusión,
lo que supuso la pronta finalización del proyecto. A pesar de este tropiezo siguió adelante: se junta con un conocido músico de Zaragoza, Félix Zapatero (ex-miembro de Unkinds) y dos músicos mas, presentándose en Torremolinos
y pateándose todos los hoteles haciendo música progresiva en plan Hendrix .

Al darse cuenta de que su futuro en la música se acababa, Rocky regresó a Zaragoza para establecerse como hostelero
y regentar varios negocios. Uno de ellos fue una discoteca llamada Samantha’s, donde, tal vez,
sus amistades y contactos de la base militar estadounidense de Zaragoza le suministraban discos que en España ni se olían, lo que explicaría el gran éxito que tuvo desde su inauguración, aunque también podría deberse
a que la mesa donde se “pinchaban“ los discos era un coche de verdad.

La vida de José Luis Cano prosiguió: se casó y tuvo una familia, hasta que un fatídico 28 de diciembre de 1992
falleció victima de accidente de trafico a los 50 años de edad.


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